
Una mirada a los próximos años
Los próximos cuatro años con Trump al mando prometen ser complicados para el mundo, pero la coyuntura internacional también podría jugar a favor de México. A medida que Estados Unidos se ve forzado a replantear su estrategia frente a la amenaza china, la relación tripartita con Canadá y México se convierte en un factor crucial para recuperar la competitividad.
El imperativo de la competitividad mexicanaPara posicionarse como un aliado estratégico de Washington, México debe redoblar esfuerzos en:
Inversión en infraestructura
Diversificación económica
Fortalecimiento del estado de derecho
Una estrategia basada en hechos, más que en ideologías, se vuelve imprescindible para atraer inversión extranjera y consolidar la estabilidad.
Política en la era Trump 2.0
Trump ha evolucionado a una versión más decidida y respaldada por un congreso alineado con la corriente MAGA (Make America Great Again). Con una sociedad estadounidense más polarizada y la creciente demanda de políticas industriales que revivan la manufactura perdida, su mandato se presenta como una montaña rusa que afectará no solo a Estados Unidos, sino también a México.
Migración y Seguridad: Impactos Directos en México.
El discurso inaugural de Trump dejó claras sus prioridades:
Emergencia nacional en la frontera sur: Con el despliegue de tropas y políticas migratorias más estrictas, se intensificarán las detenciones y deportaciones, afectando derechos como el asilo.
Programa “Quédate en México”: Esta medida, junto con la militarización de la frontera, plantea serios retos humanitarios y diplomáticos para México, con repercusiones en el comercio transfronterizo y en la dinámica de la seguridad interna.
Además, la designación de los cárteles como organizaciones terroristas podría abrir la puerta a operativos unilaterales de Estados Unidos en territorio mexicano, complicando aún más la soberanía nacional y elevando el riesgo en términos económicos y financieros.

Economía: Energía, manufactura y proteccionismo.
Energía y medio ambiente
Trump ha declarado una emergencia energética nacional para revitalizar el sector de combustibles fósiles, dejando en segundo plano la apuesta por energías renovables. Este giro estratégico, aunque busca reducir costos y fomentar la producción interna, puede tener consecuencias negativas en la competitividad ambiental de Estados Unidos y sus socios comerciales, incluido México.
Industria automotriz y futuro tecnológico
La eliminación de mandatos para vehículos eléctricos y la promoción de la “libertad de elección del consumidor” beneficiarán a los fabricantes tradicionales en el corto plazo. Sin embargo, a largo plazo, esta medida podría traducirse en una pérdida de competitividad en mercados que ya se están orientando hacia la electrificación. Dado que México depende en gran medida de la exportación de vehículos y autopartes a Estados Unidos, la incertidumbre sobre el futuro de la industria automotriz regional se intensifica.
Proteccionismo y aranceles
El anuncio de la creación de una oficina para recaudar aranceles, junto con la amenaza de un impuesto del 25% a productos de México y Canadá, pone en jaque sectores clave como la industria automotriz y agroalimentaria. Este enfoque proteccionista no solo afecta la competitividad, sino que también desafía la estabilidad de la relación trilateral bajo el TMEC.

Mientras el panorama internacional se reconfigura, es crucial que el país invierta en competitividad, diversificación y seguridad jurídica. La clave estará en apostar por estrategias basadas en hechos reales y en una política que no se deje llevar únicamente por ideologías, sino que busque construir un futuro más sólido y próspero para todos.
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