El “olivo” tiene 300 años. Fue sembrado y cultivado por los jesuitas que fundaron la misión de San Francisco Javier Viggé Biaundó. En un oasis de la Sierra llamada: “La Giganta” en Baja California Sur.
El Olivo (Olea europea), fue una de las primeras plantas traídas de Europa al continente americano. Desde España fueron transportados los olivos, con destino inicial al Caribe. La primera referencia que se tiene al respecto data del año 1506, cuando arribaron al Puerto de Santo Domingo, en la Isla “La Española”.
Posteriormente. En agosto de 1531; La Corona española alentó oficialmente mediante una Cédula Real a que todos los que fueran a Las Indias llevarán plantas de viñas y olivos.
Los reyes de España establecieron monopolios comerciales para los productos ibéricos; prohibieron la siembra, producción y comercialización de cultivos y productos en la Nueva España por temor a que compitiera con su producción local. En el caso del olivo, se había encontrado en algunas regiones de la Nueva España como la California, un clima y suelo bueno para su cultivo. En la misión de San Javier, desde su fundación en 1699, trabajaron y sembraron pequeñas huertas para complementar su sustento. En San Javier se sembraron los primeros olivos de las Californias a finales del siglo XVII y principios del XVIII, ahí también surgió por vez primera en la península la tradición de la elaboración de aceite de olivo y aceitunas. El olivo tricentenario localizado en las antiguas huertas misionales de San Javier es un referente del proceso de evangelización en esta región y una muestra del proceso de adaptación y apropiación de elementos europeos en la Nueva España.
Para los habitantes de los antiguos pueblos misionales, plantas como el olivo forman parte de su tradición, cultura e identidad por ello, lo nombramos "El Olivo de Baja California Sur"
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