Mi trabajo como Consultor en Imagen Pública tiene la virtud de sorprenderme todos los días. Hoy conversaba con un cliente que me decía que se nota la pasión por lo que hago. Y así es… además, me pagan por ello. La mejor recompensa; la satisfacción de ver a mis clientes y alumnos convencidos de la importancia de la Imagen, como herramienta de comunicación y éxito.
En esta ocasión, tengo la fortuna profesional de compartirles acerca de un área de la Imagen Pública relacionada con la imagen personal. Hablemos de cómo las prendas pueden ayudarnos a lucir diferentes y con una estética perfecta.
En el día a día de mi profesión, me encuentro con mujeres (y hombres) en la lucha constante que viven entre las prendas que desean usar, los ajustes (tallas) y los diversos cuerpos. Cuando lo primero que deberíamos reconocer es que el ajuste o “fit” de la ropa que normalmente compramos no está hecho para mujeres mexicanas. Los cuerpos de las mujeres argentinas son diferentes de las brasileñas, de las colombianas. Ninguno es igual, pero sobre todo, ninguno es mejor que el otro. No debemos comprar la ropa por “talla”; debemos comprar con base en nuestros cuerpos, su forma, proporciones, color y nuestro estilo.
Es real, te lo aseguro, la sensación de armonía, bienestar y equilibrio que cualquiera puede transmitir solamente con saber qué es adecuado y pertinente. Mi primera recomendación es que por las mañanas selecciones tu atuendo y te preguntes: ¿hoy, qué quiero comunicar? A partir de eso, tener lo que realmente potencializa nuestra presencia. Tomado en consideración: el lugar, horario, y clima, entre otros factores.
Al igual que las pasarelas sorprenden siempre con una nueva imagen y estilo, cada una de nosotras buscamos pulir y refrescar nuestra imagen. Cada temporada es siempre una oportunidad para renovarnos en todos los sentidos y sacar más color y brillo a nuestro look, darle un pequeño makeover. Si esta temporada quieres un cambio, empieza por hacerlo desde lo más profundo de ti; de nada sirve enfundarte en un súper atuendo si por dentro sigues pensando que no luces bien. Lo más importante es que te sientas cómoda con tu imagen, sea la que sea, y que sepas y te repitas todos los días que eres fabulosamente única.
Ahora, muchas de nosotras estamos tratando de reducir el tamaño de nuestros guardarropas o al menos optimizarlo y llegar a un punto donde todo el armario esté perfectamente curado con solo prendas que nos encante usar; debemos comenzar haciendo una depuración real.
Comencemos con 10 tips:
Cualquier cosa a la que te estés aferrando porque algún día te quedará bien... Puede que así sea, o no, pero en este momento no te sirve, así que dónala o guárdala en otro lugar, pero sácala de tu armario.
Todo lo que requiere reparación… Debes llevarlas al sastre o a la sección de donaciones, pero no las dejes en tu armario o sobre esa silla o bicicleta fija.
Ropa o accesorios gastados, maltratados o descoloridos. No puedes lucir bien con ropa descolorida, con bolitas, desgastada o con pequeños agujeros.
Los artículos de cuero se pueden pulir o restaurar (bolsas, zapatos, cinturones, entre otros), a los suéteres o prendas tejidas se les pueden quitar las pelusas, pero si algo está viejo y desgastado, es necesario deshacerse de ellos.
Deberás sacar cualquier cosa que no te ayude a sentirte bien.
Accesorios o prendas que no favorezca tu cuerpo. Tal vez lo compraste porque estaba de moda o se lo viste a un influencer, pero a ti nunca te queda del todo bien, como lo imaginabas. Probablemente no funcione para tu tipo de cuerpo, o puede que no sea un buen color para ti, o no sea de tu estilo.
Artículos que guardas en caso de que algún día vuelvan a estar de moda... y nos volvamos a encontrar: Algún día. Debes tomar en cuenta que la industria de la moda modifica las cosas lo suficiente para que se vean frescas y nuevas. Además la calidad de la ropa hoy no es la que solía ser, por lo que muchas veces no vale la pena guardar la mayoría de las cosas, dependerá claro de lo que se trate. Las excepciones serían los clásicos de diseñador de alto valor p ero lo adquirido en el fast fashion no.
Tu estilo… ¿Puedes definir tu estilo en 2 o 3 palabras? Tener palabras para definir nuestro estilo puede ser de gran ayuda cuando intentas determinar qué conservar y de qué separarte. Mis tres palabras son: Exageración en tamaño, monocromía y diseño arquitectónico. Tu estilo personal es pieza angular en la implementación de tu imagen.
Debes retirar de tu armario cualquier objeto, artículo o prenda de los colores que no te favorecen ya que te harán lucir cansada, descolorida o hasta enferma. Solo conserva las prendas y accesorios que te pueden quedar bien y funcionar con tu estilo.
Algo que te haga sentir insegura, incómoda o desaliñada, es necesario que desaparezca.
Prendas o accesorios que guardamos por culpa u obligación. Tal vez fue un regalo que no es de tu estilo, dónalo y permite que otra persona lo estrene y disfrute.
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