El extremo meridional de la península de Baja California, fue asiento de la misión de San José del Cabo Añuití, fundada el 8 de abril de 1730 por el misionero jesuita Nicolás Tamaral y padre visitador José Echeverría. Habían transcurrido 33 años desde el arribo de Juan María de Salvatierra y la fundación de la primera misión jesuítica de la Antigua California, Nuestra Señora de Loreto Conchó. A partir de la misión de Loreto, dio inicio el proceso de evangelización del territorio peninsular; con el establecimiento de misiones, sitios de visita y ranchos, con los que los misioneros jesuitas extendieron paulatinamente su presencia en la península. En el extremo sur, el padre Nicolás Tamaral fundaría la misión más austral, consagrada a uno de los pilares de la religión católica, San José. Se añadirían “del Cabo” para precisar su ubicación, así como el toponímico Añuití, con el que la población indígena identificaba el sitio.
De acuerdo con la clasificación lingüística, que realizó el misionero Miguel del Barco, la región dónde se asentó la misión de San José del Cabo, correspondía a la lengua Pericú. A este grupo, se le atribuyó un carácter más bélico, pues protagonizó en 1734, la rebelión indígena más importante del periodo misional, misma que provocaría la muerte de los misioneros Lorenzo Carranco de la misión de Santiago y Nicolás Tamaral misionero de San José del Cabo.
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